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lunes, 18 de junio de 2012

Los ojos profundos del hombre desconocido.

Camina por los pasillos del instituto, con la tarjeta de "permiso para ir al baño" del maestro de matemáticas. Al lado va Celia, que nerviosa no para de decir que le va a explotar la vejiga, a ella también pero asiente, sonríe y no dice nada.
-¡Buenoooo! ya verás, entre que entregas la tarjeta y te da la otra, ya nos habremos meado.
Dice. Celia ríe y con una risotada suelta:
-¡Pues pobre limpiadora!
A eso ya estaban cruzando la puerta de portería. Celia le da la tarjeta a la señora, de la cual no se acuerda el nombre, pero que la conoce desde hace tres años, es más también conoce a su hijo, y al mejor amigo de su hijo, de los que tampoco se acuerda como se llaman, pero que sabe lo que hicieron el fin de semana.
Celia coge la llave y también la otra tarjeta que dice que tienes que estar en el baño, si estás en otro sitio, tienes un problema. Se apuntan el el parte del baño y mientras se apunta Celia, esta intenta decirle a su vejiga que aguante un tanto más.
-¿¡Que! Encontrando posturas para aguantar?
Dice la señora sin nombre. Ella se ríe y corriendo se apunta. Entran en el baño, Celia llena la botella de agua mientras, ella se mete dentro del cubículo. Se fija en que hay muchas hormigas, le hace gracia porque salen del cubo de basura lleno de compresas, "podrían ser un poco más modositas, ¿no?" se dice. Cuando sale,  espera Celia que todavía no ha terminado. Se para a dar una vuelta entre los lavabos y el secador. Una ventana de cristal aglomerado se levanta ante ella, imponiendo su papel de pared, un poco menos gruesa. Un día normal, nada nuevo excepto que su amiga no haya venido a clase y le haya dejado con las palabras en la boca en cuanto a lo que hizo ayer.
Cuando salen del baño, Celia cierra la puerta, todavía no ha pasado nada raro, se la entrega a la señora sin nombre, y coge la tarjeta del profesor.
Un paso.
Solo un paso, para salir por la misma puerta por la que ha entrado.
Solo un paso para poder volver a recorrer los mismos pasillos, que siempre, como un día normal. Sin nada nuevo.
Y de repente sin esperárselo:
Se para en seco, todavía mirando al suelo, algo le ha obstaculizado el paso de repente. Levanta la cabeza esperando encontrarse con algún profesor con prisa, con algún alumno o con alguna madre que ha venido a recoger a su hijo por enfermedad, no espera encontrarse con... unos ojos con alma relajada, mirada serena pero potente y atrayente, mirada de alguien que sin querer se ha cruzado contigo, mirada verde, un verde raro, como el de aquella vez, ¿te acuerdas?, fue la última vez que vio esa clase de color, no era la misma mirada, la otra era superficial, mirada de pasota total, mirada de cansado de la vida, era la mirada de alguien de 15 años, pero la mirada que tenía delante se parecía en nada a la anterior. Pero esos ojos como la otra vez, como muchas otras veces, la dejaron plantada donde estaba, con la tarjeta en la mano, con su voz de "huy perdón" resonando en sus oídos, ni siquiera se acuerda de la voz, solo de sus ojos. Intenso verde oliva, pelo negro, mucha más mayor que ella y... en bachillerato no estaba así que tendría que ser...no sabe...
Pero como siempre le pasa con esos ojos, los otros son los que apartan la mirada, porque ella no puede. 
-UFFF, que guapo, ¿no?
Dice Celia a lo bajini. Ella asiente, pero es realidad no sabe si era guapo o no, ni lo miró, solo se quedó quieta mirando sus ojos como si fueran de otro mundo y de verdad que lo eran, porque siempre que se cruzo con alguien con ese color y casualmente todos son chicos, piensa que se podría quedar mirándolos todo la vida que aun así seguiría intentando resolver que clase de colores se han mezclado para que salga ese...raro, extraño, color.
Siguen caminando, no miran atrás. 
Según el maestro de matemáticas no es un profesor, ¿entonces que es?, ¿un fantasma?, un ser que ha aparecido para que como la otra vez se quede semanas pensando en lo que escondían esos ojos, esa alma color verde oliva.

Esto aunque esté es tercera persona, soy yo, esta mañana. Y de verdad esos ojos se me cruzaron por el pasillo, no a la vuelta de la esquina, pero casi, xD.

Irene.

                                                                   

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