Translate

martes, 16 de octubre de 2012

Digamos que esto solo es... una prueba de insensatez inmadura, llena de excusas de por medio.

La gente sucumbe a los encantos; lo que es precioso y parece estar roto, parece atraer.
Son las sonrisas medias, y un torso pegado a mi espalda, un respingo en mi silla y una sorpresa esperada.
Ay, Octubre, tu magia no llega, y si llega no la veo, ¿será que el don que dije tener ha desaparecido?
Escribo telegramas en los fines de semana que nunca lleno de tareas en la agenda, y en uno de tantos dice:

Está roto. Punto. Se está congelando. Punto.
Hay un oso de peluche desecho en el andén de un tren desierto.
Punto.
El tren nunca pasa. Punto. Pero yo siempre lo veo. Punto.

Me han dicho que tiene pinta de poema, pero es que ellos no saben lo que dicen. Ayer se me cayeron cuatro acordes de la carpeta y los vi flotar durante unos instantes que parecieron eternos mientras caían a la carretera, podría haber dado vuelta hacía atrás y recogerlos pero pensé que puede, y solo puede, que a alguien le hiciera falta unos cuantos lotos dibujados en unos papeles descolocados y algo desordenados, unos lotos que crecen en las noches azules, con tiras plateadas que nacen de reflejos marinos.
Puedo dibujar millones, pero hay quien no sabe lo que significan, y es que son lotos, no tienen explicación excepto la que tu quieras darle.

El perfume de tu cuello no tiene olor. Punto.
Nunca me gustaron las estrellas. Punto. Pero hay una que me mira.
Punto.
Me mira y me dice que entre todas las estrellas de la noche ella es la única que queda. Punto.
Se fue. Punto. Desapareció en el justo momento en que dejé de mirarla.
Punto. Es la estrella del Norte. Punto.

Lo que pasa, es que a mí, Nunca Jamás, no me parece un buen lugar, yo prefiero viajar de dimensión en dimensión, con un mago llamado Magnus, el que tiene el pelo pincho, y un gato llamado President Miau. Me quito el sombrero que nunca me llegué a poner aquellos indianos, a los que se atreven a mirar a los ojos a los desconocidos, porque yo soy incapaz de ver como me decepciono al ver que nada de ellos tiene algo que decirme, y los silencios incómodos hay que saber controlarlos.
Lo precioso de todo esto es que mi perro aunque viejo, tiene los mismos ojos saltones de siempre, y lo roto, es mi uña del pie, mi alma que más que rota está desecha.
Lo atrayente de todo esto no lo sé. Pero me ha apetecido escribirlo, puede que alguien comprenda lo que digo si no, digamos que esto solo es... una prueba de insensatez inmadura, llena de excusas de por medio.


                                                       sombrilla, color, boho, luz del sol, niña


No hay comentarios:

Publicar un comentario