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domingo, 30 de diciembre de 2012

'El no ya lo tienes, ve a por el si.'

Que ocurrió ayer, que nadie se acuerda de los días de ventura, de satisfacción, de gozo y de unos cuantos sinónimos más.
Que pasó entre la hora del té, y las seis de la tarde, que pasó, para que no queden vivos ni un solo aliens bueno, ni un solo viento este con gotas de mar.
Le dije al tendero que volvería pronto a recoger el pedido, pero nadie osó saludarme al final del camino y se me olvidó volver. He leído cartas, y mensajes que no podrán ser guardados en cajas de madera, porque ya están sujetos a leyes informáticas y no son mías esas palabras, pertenecen a todos los que averiguen  la contraseña, la solución a mi problema, y ya no hay ni una sola luz de fuego, tan atrayente, la polilla a la lumbre, el niño a la hoguera y somos iguales, pero diferentes.
Mi pequeña libélula voló a Alaska con el deseo de mi prima Mali queriendo ir con ella, igual pero diferente a la mirada del perro al que no has llevado contigo.
Ya falta poco, y empieza un año nuevo, falta poco para el cava, algo de oro y algo rojo, dime espíritu del año nuevo, si mis deseos de los anteriores se cumplirán en este.
Ciudad para románticos... ¿no son todas? La mía con pasadizos, la suya con historia, la otra con esplendor... ¿No somos todos soñadores?, ¿no somos todos iguales en nuestra peculiaridad? No amamos lo mismo, pero amamos, tantas críticas que nadie lee, tanto observar mundo, tanto describir pasajes de libros que solo algunos recuerdan... No puedes, no se puede, y no haces nada, las putas cuerdas tiran más fuerte, cada año las viejas se pudren pero te atan otras nuevas, esclavos, ¿alguna vez hemos sido libres? 
Y los aliens, mi prima, el perro, el tendero que tuvo que llamarme porque se me había olvidado recoger aquel pedido de hace un mes, el calendario tachado, la agenda repleta de trabajos que estarán mal corregidos, porque nadie se molesta es entender palabras y pensamientos de alguien con su propia mentalidad. Todo eso, junto con el viento del este seco, sin aterciopelar, eso, junto con tragedias añadidas, eso, junto con periódicos amontonados para quemar, eso, junto con todo lo demás... Esos sentimientos y sensaciones que parece que nunca me visitarán, esos sueños perdidos, esos libros sin leer, ese polvo que se acumula, esa humedad que vuelve amarillas las hojas blancas, eso, eso y lo demás, todo junto... ¿En el próximo año.... será mejor, igual, habrá más cosas, se terminarán las que se empezaron? ¿Que historia dejará de escribirse, que abuela ya no preparará más croquetas, que madre no abrazará a su hija, que hija no se dejará querer, quienes sentirán la desolación que deja la soledad, quién escuchará su propia risa, que año se espera, que nuevas desilusiones nos acechan, que miedos y que alivios...?

                                   boy, dog, fly, forever


-Volvamos a ser nosotros.
-¿Como antes?
-Como ahora.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Saboreemos el asfalto. Un poco más de sal y perfecto.

Después de tanto tiempo se vuelve,
se necesitan palabras, y se piensan por el camino, lo extraño es que no se encuentran,
faltan, sobran,
puede que mi ignorancia reproduzca alguna oída o vista escrita.
Era muy grande, tan grande como cree que es algo, alguien que ha apreciado lo pequeño y emocionante que es recurrir a la vista panorámica para guardar cada detalle en una mente dispersa, para volver, siempre se vuelve, ¿lo he dicho alguna vez?
Era mi sueño, mi sueño real y el que nunca pude apreciar. Pensé que como la gente que vivía ahí era capaz de pensar en una Francia con un París, en una Italia con una Roma o en una Inglaterra con un Londres, como pensar en una Navidad en un parte de Nueva York cuando se tienen delante a una España con un Madrid.
Si tengo suerte es en poder viajar y apreciar cada detalle de un lugar al que sé que se vuelve, que no son como esos sueños que anhelo y solo vienen una vez. Vivo en la tierra de lo pequeño, de la confianza, del mar y de los bosques de coníferas, pero también sé lo que un lago helado en un julio caluroso, sé lo que siente al andar en una sierra, lo que es buscar orégano y lo difícil que es encontrarlo, lo que es tener perros que no pisan una casa, sino libres como deberían serlo todos, también sé lo que es el frío helador de un Teruel congelado, un radiador ardiendo, en vez de una hoguera como en el pueblo, y ahora he añadido algo más a mi cámara sin flash; Casas del Libro, centros comerciales, y los sueños imposibles de alguien que espera impaciente cada agosto a que venga la ópera, resulta que no hace falta esperar, hay un calendario para Enero, Febrero,..., y no pude ver más, cuantos museos, cuantos monumentos, cuantos coches, y un helado muy rico de una marca extranjera, es Diciembre pero mi gran pasión siempre será el helado haga el tiempo que haga, estación que sea o cansancio que lleve encima.
Ví desde lejos, quizás bastante lejos, la imagen nublada pero hermosa de las torres Kio, torres que pasé por debajo y no pude ver de cerca, pero me las imagino, una biblioteca, y que biblioteca, una Casa América con su leyenda, la puerta de Alcalá, un banco, y unas tiendas un tanto extrañas, gente diferente, aunque no le preste mucha atención.
Y muchos, muchos, microrelatos pensados en tardes en familia, la abuela con un luto infinito, la madrina con mi zumo de naranja, un primo muy pequeño, un tío Manolo y unos primos a los que se les cogió cariño, unos patines que ya aprenderé a usar, una biblioteca Suárez, un guakamole la mar de bueno, y un Lovecraft encantador.
Me hizo pensar en el espíritu navideño, el espíritu que crece por segundos al ver las carcajadas de unos tíos algo chiflados, de una tía que todavía tiene tiempo de cantar un villancico más y de un Sami que aunque grande y bonachón es mejor no cabrearle.
Se piensa en volver en Verano, pero no hay tiempo, y son demasiadas ataduras, que tiran tan fuerte que hacen sangrar tus débiles muñecas, pero que por un tiempo, has saboreado lo que son la comprensión, las conversaciones raras, pero interesantes y saber que no eres tan diferente, que eso viene de familia, todos somos unos frikis de algo, unos de los muñequitos de el señor de los anillos, otra de los frascos de química, pero todos unidos por el amor a lo mismo, una magia escéptica, acogedora, de una literatura perfectamente ordenada en cuando más usada y apreciada, más amarilla y desvencijada.
Mmmm, los vinilos también los recuerdo, y los bailes en el salón...

La vida da muchas vueltas, y no sabes lo que ocurrirá mañana, 
pero los recuerdos siempre son los mismos.
  

coche

jueves, 20 de diciembre de 2012

Dragonflies...

Pequeña libélula, 
¿eres de verdad un hada con gafas de aviador?
Y si lo eres... ¿que se siente al apoyarse en el agua... y flotar, así sin más? ¿lo mismo que yo?
Te vi pequeña, y supe que veías lo mismo que yo, ¿no te extrañó que casa tan perfecta y vistas tan ficticias estuviesen abandonadas?, ¿tan rotas por dentro... como por fuera, solo habitadas por gatos y roedores? 
Quizás mientras te equilibrabas en el borde de donde debería haber un cristal y no lo había, creíste que me quedaría, yo también lo creí y casi salto al vacío por estar ahí siempre, por no girarme y gritar "Muy bien chicos, para el coche que ya es tarde", por saltar y reír como el velo tupido de los cigarrillos fumados con lentitud, elevarme, sostenerme un milisegundo y evaporarse, como los sueños que solo tienes una vez y que quieres volver a soñar porque los echas de menos nada más abrir los ojos, ¿escuchaste como me decían que se tirarían conmigo si yo lo hacía? ya no soy la única loca, todos sentíamos lo mismo.
Un sentimiento compartido pequeña, un liberador suspiro de libertad, las cuerdas se destensaron, y tú, no me acuerdo si sonreíste..., pero hiciste temblar tus finas alas y no volaste, te quedaste.
Como quise hacer yo, como quiso hacer el aire y como quiso acariciar el héroe romántico a su dama esquiva..., como quisimos todos.
Si su abrazo se hubiese prolongado más hasta elevarse, quizás podría ahora recitar la tercera condición, 'si vienes y te quedas, que sepas, que es para siempre', y los siempres se acaban y lo llaman realidad y tu te enfadas y sales aleteando y planeando a otra rama más fina pero fuerte, como la inmensa minoría, que siguen creyendo en los 'para siempre'. Mientras tú sigas viva y lo recuerdes, mientras dibujes en un charco de lluvia el aullido de los lobos al dejar de sentirse solos, mientras escribas lo que no quieres olvidar y que otros no olviden, 
¿eso, acaso, no dura eternamente?
Pequeña, no te olvides de la chaqueta al salir a volar por los alrededores, 
no te olvides de volver, 
no te olvides de descansar en la cuneta más próxima a una buena instantánea, no te olvides de traerme un álbum de fotos y dime pequeña si las hojas secas siguen siendo verdes aún no estando sujetas, en algún lugar de Oriente.


azul, vela, rocío, libélula, insecto, insectos

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Hola, quince primaveras o otoños, o inviernos o de la estación que sea pero quince.

Hoy, habrá que escribir algo.
Como el mismo día todos los años.
Parece que no me importe que se olviden casi siempre del día que es, y la verdad es que no es importante, he visto como a las doce en punto me llegaba un mensaje, un felicidades de alguien que si se acordaba y si que esperaba poder decir que ahora sí, eramos iguales.
Las Divinas con sus voces resonaron en la calle, y me hicieron sonreír, porque no se escucharán mayores voces como la de aquellas mujeres, calle por calle, hora tras hora, madrugadas repletas de villancicos, los villancicos que te dicen que llegó la Navidad, que coloques el árbol y el belén y que sonrías a las cinco de la madrugada, habiendo de levantarse pronto esperando con ansía sus coros.
Se cumple un número que se dice pronto; quince.
Podría volverme loca de contenta por el día que me espera, pero... siendo especial, siempre lo veo como algo normal.
Ha sido un año en el que no ha pasado mucho, aunque menos pasó el pasado. En letras y reflexiones e descubierto mucho, en caminos y decisiones, estoy donde lo dejé hace años, si es que algún día empecé.
Mañana son las notas, je, me montaré en unos patines que no sé utilizar y bajaré el puente rodando hasta perderme en algún punto alejado del Atlántico.
Hoy, comeré una tarta de una repostería y por como huele sé de donde viene.
Hoy, disfrutaré de mi día rodeada de gente que me quiere, como todos. Es un día normal, solo que este marca en mi un año más, un quince rápido de decir, un pensamiento no tan rápido; ¿cuanto has perdido, cuán cosas ni siquiera has visto?

                                                              mi mundo, cumpleaños, bitching, pastel

A pesar de lo que pueda transmitir el texto, estoy muy ilusionada :)

domingo, 16 de diciembre de 2012

5. Last Summer.

Desde la ventana de mi piso en el centro, me imaginaba hace algún tiempo, al principio de todo, cuando era una promesa hecha eso de mudarse a la ciudad, cuando vi como mi vida cobraba sentido para mi y para todos. Mi amigo Ed Sheeran, me acompañaba esa tarde-noche y yo me sentía mejor que nunca, envuelta en mi chaqueta de punto, en una primavera hace un año y poco.
El olor era diferente y el miedo me hacía temblar, pero eso solo estaba en mi cabeza, como todo. Me aclaré la garganta varias veces antes de coger mi móvil del bolsillo, apagar la música marcar sin mirar ese número tan conocido para mi como para mis dedos que lo marcaron sin rozar si quiera la pantalla. Esa voz, la voz que me dijo que valía, la voz de lo que está bien, de lo correcto y de lo arriesgado. 
Mundo, el mundo era grande pero nosotros también.
Alex... Mi queridísimo Alex, que hubiese echo sin ti, donde estaría, en que esquina, en que mundo paralelo a este, en que cueva millonaria, en que fiesta de champán, en que vestidor de dos plantas... En que mundo sumido en el orden adecuado para una gente desconocida. Decir que me ayudaste a saltar desde aquel puente, desde aquel faro que Rafe me mostró y que se quedaba corto de hermoso y brillante. 
¿Que pensamientos tendría si no me hubieses enseñado a decir "no"?
-Respira la sal del mar, y ves el ying-yang, se siempre precisa en cada decisión. Sin dudas ni reproches ni a ti... ni a nadie.
Me dijo eso mismo. Y no se me ha olvidado, hacía frío esa noche, pero no quiero contar nada más, primero Rafe, después Alex, luego Sebas y para finalizar Carol.
-¡Oye! ¿Te acuerdas de Sebas?
-¿Quién?
Le miro con una ceja levantada, ¿en serio pensaba que me creería eso de que no se acordaba de Sebas?
-Ainss, si. ¿Qué pasa con él?
61406_310572845718764_1242777024_n_largeSujeta una taza de té humeante, le encantan las infusiones y eso que yo no puedo soportarlas. Aston me lame la mano y me mira suplicante, sus orejas puntiagudas y las características de lobo me dicen que el modo Husky ha aparecido y quiere correr, quizás tirar del trineo que me tendré que inventar. Lipa juega con uno de los juguetes y Sowso duerme tranquilo en el sofá. Si digo "vamos" saltarían todos a por las correas, si me reencarno que sea en perro, o en pájaro, uno para disfrutar de lo simple y fácil, otro, para volar tan alto como mis alas o la gravedad me dejen.
-Nada, que me he acordado de él, eso es todo.
-De lo único que me valió conocerlo fue para saber que tal estaban mis ganchos.
-Alex...
-¿Qué?
-Bruto.
Y los dos reímos, por nada. Porque a mi me gustaba el sonido de su risa y a él el olor relajante de su té de hierbas, porque acabar aquí, tan lejos de donde empezamos ha sido otra hoja escrita en mi libreta. 
Silbo fuerte y todos se ponen en pie corriendo y ladrando como locos. 'Vamos Aston que nos espera un día de mariposas en la nieve, han vuelto pequeño, han vuelto porque yo las he dejado volver'.

5 HOJA



sábado, 15 de diciembre de 2012

4. Last summer.

Desprecié a Rafe desde el mismo momento en que la señora Hays me lo nombró, no sabía nada de él, y lo odiaba, le echaba la culpa de tener que perseguir a su tía por el camino hasta el pueblo caminando y bajo amenaza de ella de no prepararme el desayuno nunca más.
La señora Hays era rolliza pero tenía una fuerza en la mirada y al andar que hacía pensar que esos kilos de más eran solo cosa de la imaginación de uno. A ella no la odiaba, solo a su sobrino, era un odio extraño, pero estaba segura que quien me hacía sentir ese odio era él, y no el nudo en la garganta que me oprimía el pecho y los pensamientos escurridizos ni los ojos nerviosos... solo el echo de tener que verlo, el echo de saber que alguien podría juzgarme del mismo modo que me juzgaban mis padres, ellos tampoco me conocían y parecían odiarme, el odio hacia lo desconocido debía ser hereditario...
Pero dejé de pensar eso de él en cuanto lo vi, y lo primero en lo que me fijé fue en su gran sonrisa, una sonrisa sin complejos, ni temores, ni nada, era una sonrisa que demostraba simple amor hacía el mundo y a la humanidad. Era la sonrisa con las que sueñan los príncipes azules, él no era un príncipe, no lo parecía, tampoco era muy alto, ni muy fuerte, ni muy guapo. Era él, y punto, y lo demostraba al caminar, y al tocas el agua de la fuente, que no lo hacia para lavarse las manso como todo el mundo, lo hacía para acariciar el agua. Sus ojos, ellos describían el rocía de la mañana, eran como la dulzura inocente mezclado con la pasión y el deseo de Neruda, eran tan azules, tan grandes y tan pequeños, que hermosura se podía ver en el reflejo de su alma, y yo si me enamoré no lo supe, ni lo sabría, lo único de lo que me dí cuenta además de su olor a bosque verde y agua del río, es de que era, no especial ni diferente, ni más bien algo... sintomático de la magia y el infinito. Era libertad en estado puro, porque no había nada que él no quisiera hacer, que alguien le dijera no puedes, porqu een menos de un minuto le dmostraba que se equivocaba.
-Hola.
-Tu debes de ser Alicia, ¿verdad?
-Ajá...
-Tía, ¡oh, por Dios!, pero lleva caminando desde la casa hasta aquí. Que loca es usted.-Parecía preocuparse verdaderamente del estado de su tía.
-Bueno hijo no pasa nasa, ya sabes que yo soy de hierro.
Y después de asegurarse de que su pariente se encontraba lo bastante bien como para que la señora Hays le dijese que se estuviese quieto y callado un momento para que se pudiese explicar el porque de su visita, él, se calló, y escuchó. Yo lo veía todo desde una perspectiva diferente a la de ellos, yo veía a un chico de mi edad que flotaba en una burbuja de amor y humildad, y ellos solo veían a su tía y a su sobrino. Y me pregunté como sería haberle visto crecer, haber visto como los dientes que componían esa sonrisa se formaban con el tiempo, como sus ojos crecían con el paso de los años  su labia se transformaba de un balbucea a una frase entera, me sorprendí a mi misma imaginándolo teniendo miedo de la oscuridad, pero me parecía una imagen irreal, le pegaba más el él hablando con los monstruos más que teniendo miedo de ellos. Que resuelto y bondadoso se le veía, que risa más contagiosa, que lunar más mono justo debajo del cuello...
¡Oupppsss! ¿He pensado yo eso?
-Señora Hays, qué hora...-tragué saliva-es?
-No importa la hora que sea, hay sol y creo que piensa quedarse ahí mucho tiempo así que ahora mismo nos vamos a dar una vuelta, dice mi tía que nunca has visto el faro y me sorprende, porque en verano es el sitio más bonito de todo el lugar...
Siguió hablando y siguió hablando, lo único que podría discutirse sobre él es si sabía disfrutar de un silencio o no. Hablaba mucho, ¡que digo mucho, muchísimo!, pero que más daba, todo lo que decía parecía interesante por el modo en que hablaba tan entusiasmado.

Un copo de nieve se posó en el cristal de la cafetería. Los papeles estaban todavía algo húmedos pero se estaban secando sin crear muchos problemas con la tinta.
Alex leía el periódico y la fecha me decía que solo habían pasado dos días desde que decidí comenzar a escribir las memorias de mi verano.
-Alex, ¿por que no nos vamos al piso?
-¿Humm?- Preguntó sin levantar la vista del periódico.
-Es tarde y ya no me apetece seguir escribiendo, anda vamos.
-Como quieras.
Al salir de la cafetería y enfrentarnos al frío presencié como todo iba a una velocidad mucho más lenta que cuando entramos esta misma tarde a tomas café.
-¿No te parece que todo va más lento?.-Le pregunté a Alex.
-Me parece que va a nevar, y eso hace que todo vaya más despacio, todo se para para ver nevar, incluso las nubes van más lentas para dejar que los copos caigan con más ceremonia.
-Debe ser eso.
-¿Qué podría ser sino?
Y nos adentramos en el tumulto de gente que también presenciaban la actuación callejera del invierno.

                                                        4 HOJA


                                                    frío, nieve, estaciones, nieve, invierno

jueves, 13 de diciembre de 2012

'...Seré breve y no apelaré a las palabras si no al recuerdo;

Hay diferencias entre el tiempo que transcurre y el que te acecha. Pero hoy quisiera hablar, escribir, girar la cabeza por si acaso está detrás, del tiempo que te observa.
De ese
El que se ríe de ti, el que sabes que está y que no quieres si quiera pararte a pensar en el, pero te ronda por la mente constante de cosas que hacer hoy,
y luego tienes miedo.
Es una cruz, una elección, fácil, como apretar el interruptor de la luz. Complicado, no tiene vuelta atrás, no tiene un botón de deshacer.
Pienso en sentarme y mirar como otros corren, pienso en pintar las conchas blancas que mi madre ha colocado en la mesa del teléfono. Pienso en el miedo que le tengo a no poder, y a no saber que hacer.
Es fácil para quien tiene un sueño, pero para quien no lo tiene y no lo encuentra, para quien simplemente quiere hacer algo y el qué, le da igual, para ese que se agarra a nada y salta de piedra musgosa en piedra mojada por el agua del río, para ese queda un buen resbalón, por confiar en que podría soportar el 9,8 de la gravedad que se tuvo que aprender para el examen de física.
No le importaba morir congelado en pleno Diciembre en el centro del lago Ness, con escocia dando vueltas a su alrededor, y abandonarse en la leyenda del ser más misterioso, fantasma pero fotografiado, por cámaras de todo tipo.
En unas profundidades oscuras, que de vez en cuando, son alumbradas por la lumbre del sol o de luna, no hay días, ni noches
y dejas de acariciar un espacio vacío al lado de tu cama, queriendo, sino pidiendo que se llene algún día...
Me han pedido que escriba una postal de Navidad, con lo que quiero que me regalen, y yo he puesto oportunidades, y que Papá Noel, los Reyes o el primero que baje por la chimenea o rompa el cristal de la ventana, que me devuelva lo que es mío.
Que me traiga envuelto en papel de regalo con dibujitos de conejos y con burbujas para explotar una de las muchas cajas de mi memoria, una de muchas que contenga...

Que contenga las miles de sonrisas que se merecen todos aquellos que no sonreirán el día de Navidad, 

mi querido Dickens, que pasaste parte de tu niñez solo en un orfanato con tus cuentos para niños, ¿escribes otra de tus historias? Creo necesitarla...


                                             



domingo, 9 de diciembre de 2012

3. Last summer.

Si se empieza que sea por el principio.
La edad que tuviera no es importante, porque da igual el tiempo que hayas estado respirando si no como has invertido cada respiración. Me encontraba terminando los últimos ejercicios de algo, ese no es un dato de mucha importancia, y entonces la niñera que en ese momento era la buena y honorable señora Hays me miró desde el otro lado del salón y me dijo, como si me preguntara algo tan normal como que quería merendar:
-¿Que piensas del amor?
La pregunta me pilló por sorpresa y me quedé mirando a la nada unos minutos antes de responder dudosa:
-Nada.
-¿No piensas nada acerca del...amor?
-Pues no.
-¿Y puedo preguntar porque señorita Al?
-Por favor no me llame así, y si quiere una respuesta sincera...mmm... No pienso nada acerca del amor porque es algo complicada, difícil de entender y sobretodo porque nunca lo he experimentado por lo tanto me parece algo tonto y estúpido, visto desde fuera, claro está.
Su moño alto y gris tenía mejor mirada sin ojos que los de la señora Hays, me miraba con compasión y con sorpresa y a mi, no me importaba, me molestaba además. Mi padre decía que las miradas de compasión van a los desgraciados no a los Harrison.
-Deje de mirarme de esa manera, intento concentrarme.
-Le presentaré a alguien.
-¿Como dice?
-Necesita algo de vida en esa piel tan pálida, algo de color y amabilidad en sus palabras frías, necesita pasión en cada pensamiento y magia en una vida sin ella.
-Ha perdido la cabeza completamente.-Puede que se estuviera volviendo loca, pero en realidad yo tenía miedo, un miedo horrible a conocer a alguien que no me llevara más de treinta años, a hablar de algo que no fuera de vital importancia, miedo a conocer algo más allá de los muros de la casa de verano.
-Necesita a Rafe.
-Es nombre de perro, y no me gustan los perros.
-Alicia Harrison es nombre de vieja, y usted ni siquiera se acerca a la madurez.
Fue un golpe que me dolió. Tenía razón pero esa era mi vida y lo único que había conocido, si me hubiesen dicho que tendría tres perros, Aston, Lipa y Sowso, y dos gatos maravillosos, mi Mustafa y Rufián, me hubiese caído a causa de la risa que me hubiese entrado, odiaba a los animales, eran signo de amor, cordialidad y libertad, eso era desconocido para los muros rojos y blancos de Canto de hadas. Un nombre horrible en mi opinión para esa casa, aunque idóneo para el bosquecillo que se encontraba al lado.
-Es mi sobrino.-Y frunció los labios con indignación.-Y te hará falta algo de su alma aventurera.
-No lo necesito gracias, que se quede con su aventura.
-Lo necesita.
-¡Lo que necesito es que me deje en paz!

El agua inundó mis hojas escritas y las no todavía manchadas de tinta.
-¡Perdona!
-¡¡¡Alex!!!
-Es que... ¿Era algo importante? -Decía mientras secaba como podía la mesa y mis papeles.
-El principio de mi verano.
Se quedó callado un segundo y después con un sonrisa de oreja a oreja dijo resuelto:
-Rafe. ¿Lo has descrito ya?
-No me has dado tiempo.
-Pues menos mal así te cuento la historia de su cicatriz.
-Yo no recuerdo ninguna ci... ¡Ah! La que tenía en el brazo izquierdo, esa que parecían arañazos.
-Si. Solo que no "parecían", lo eran.
Era hora de saber porque el chico de la magia entre los dedos tenía unos arañazos de duende en el brazo, me sentí mal al saberlo, Rafe no solo era un alma aventurera, y un amante de los sueños e ilusiones, también de los secretos, le gustaba esconder la verdad, eso lo supimos después. Los tres lo supimos cuando se vio obligado a desaparecer sin humo y sin show.

3 HOJA

hermoso, blanco y negro, café, lindo





sábado, 8 de diciembre de 2012

"A la mujer le gusta creer que el amor puede lograr cualquier cosa: es su superstición peculiar." Nietzsche

Si se pudiera... si se pudiera volver.
Si se pudiera volver atrás y convertirlo en un ahora y un después. Si se pudiera grabar todos las voces que quisieras repetir cuando ya no estén, yo las grabaría y en especial la tuya.
¿Donde estás? Sabes que odiaba hablar por teléfono, instrumento frío e inanimado. Pero que charlatana me volvía cuando quería, te contaría si pudiera todas las cosas que pasan por mi mente, para que tu me dijeras, "Muy bien, cariño, mañana te enseño a conducir".
Hacía tiempo que no escribía sobre ti, tantas personas se han ido y no han vuelto. Y es que es mentira eso de que con el tiempo se olvida y se curan las heridas, no me gustan las despedidas y yo tenía doce años, ¿sabes que voy a cumplir quince? Hace ya tiempo, ¿verdad?
Adoraba tus coches, todos, el azul que me dejabas abrir con la llave, y el rojo que maldecías sus ruedas. No apunté lo que decías pero te juro que quise hacerlo, pero pensé que ya habría tiempo, y nunca lo hay, no hay meses, no hay años y los días son minutos contados.
El mundo cambia, yo sé más cosas que hace tres años, yo soy diferente, pero igual. Si pudiera, si pudiera volver a llamarte, ¿me cogerías el teléfono?
Por si acaso quisiera decirte que muchas veces te pedí que dejaras de fumar y había algo dentro de mi que me decía "No, no le digas eso, ¿quién sería él sin el olor a cigarrillos y palpándose los bolsillos para encontrar el mechero?".
Tengo un don para los pequeños detalles y para observar paisajes, te sentirías tan orgulloso de que por fin hubiese aprendido a observar. Un don para recordarlos y ser incapaz de describirlos después, una imagen no vale más que mil palabras, mil palabras crean la magia que crees ver en una imagen.
Siento equivocarme y estar tan perdida, pero que se le va a hacer, perderme siempre se me ha dado bien, ¿y volver a casa? también. Pero "casa" es una palabra extraña, porque "casa" para mi es volver a reír, para mi, significa carreteras, significa emoción, para mi, es algo mucho más que personas y lugares, para mi es disfrutar temprano de un clásico, cuando todavía no ha amanecido, bonito momento para leer, fluyen, te juro que fluyen las palabras y que junto al sol que aparece entre el mar, los edificios y la ventana del salón, puedes ver como se van dibujando y por un momento todo cobra sentido, sabes la respuesta a todas tus preguntas, las preguntas del silencio solo asediado por la respiración descansada del perro.
Sigo teniendo ataques de risa sin razón, a veces es que simplemente quiero reír, otros simplemente quiero olvidar, pero duele, no ha dejado de doler.

Si se pudiera... si se pudiera volver, 
te diría muy seria:
-No hay mejor lugar de vacaciones 
que una calle intransitada.
De esas que solo visitan los gatos y
los rastafaris. (Esas 
que visito yo)

hipster, indie, vintage

Si pudiera volver atrás, te llamaría y antes de saludarte
y antes de que tú me saludaras a mi
te preguntaría:
¿Elegirías la nada y el retorno antes que a mi?
Solo para reprocharte
que sabía que elegirías irte,
solo para poder despedirme, o para no hacerlo o para
volver... a decirte te quiero.



domingo, 2 de diciembre de 2012

"La primera palabra de un verso", Rilke

-Demasiado bonito para ser verdad.
Dijo la voz de lo imposible. Era una voz grave, pero tenía un toque burlón e infantil, como los niños que se ríen de cosas que no tienen gracia. Su voz no le molestaba y eso que era una persona que le daba importancia a las voces, pensaba que le daban música a la vida, que según como hablaras, el tono, la melodía, eras alguien, o un alguien.
La voz tenía razón... demasiado bonito para describir una nevada, un viaje a Bruselas, y el beso de una amiga en la mejilla diciéndote que te echará de menos esos cuatro días que no te verá. Demasiado corto la ida y la vuelta, el billete del tren que tenías pensado comprar y el tren que nunca cogiste porque nunca pensaste que fuera el tuyo.
Puede que la gente se equivoque al decir que perdemos oportunidades, puede que solo es que no las veamos, y aunque las veamos, puede que pensemos que no son para nosotros que no van a valer la pena, que serán mejor otras cosas, que no vales.
Donde está la voz en esos momentos de lágrimas saladas y frías que resbalan en tu mejilla, donde está la voz diciendo que dejes de llorar que eso si que no vale la pena.
Ha visto dos arco iris en una semana, eso debe ser signo de buena suerte, eran grandes y se perdían en el mar, en un mar que no recuerda que cual fuese la primera vez que lo viera, se mortifica con eso, las primeras veces hay que recordarlas.
Eran tan grandes y tan bonitos, le agradecía a su sordera y a su mala concentración el echo de no estar mirando el móvil, como aquella chica que se lo perdió por no mirar más al cielo, o como aquel chico que miraba al suelo con sus cascos y no miraba al frente, no vio desaparecer el final del puente multicolor.
-No somos nadie, ¿verdad?
Dijo, otra vez, la voz.  Y es que viendo un espectáculo sacado de reflejos del sol y de la lluvia, viendo correr los arroyos y viendo los helechos y los pinos crecer verdes y anhelantes de más luz... ¿quién no pensara en la nada de su mundo viendo lo que hace un trozo de tierra, un poco de agua, y una semilla?
Diciendo hola a los meses... Sonaba tan extraño en boca de alguien que para saludar sonreía de medio lado y bajaba la cabeza, que directamente no lo hacía, como ya no hacían las plumas indias su sonido inolvidable para quien las halla escuchado, un aleteo de cualquier pájaro al despertar, las miradas de los niños recién nacidos, la voz de las personas machacadas por el rape... El pequeño murmullo de las bibliotecas, el secreto de los encuentros, la mentira de las esquinas cubiertas de polvo...
-Qué más decir, ¿no?
-¿Es que acaso queda algo que decir?
-No-Rió la voz burlona e infantil-no, ya no queda nada más por hoy.
Dijo en voz baja y pareció más una despedida con la mano que una afirmación con gracia.
Al querer mirar a lo imposible a la cara, ya no estaba, y se quedó mirando el cielo un poco más, por si acaso pasaba algún gavilán detrás de una paloma.


                                                              indie, fresco, indio




sábado, 1 de diciembre de 2012

2. Last summer.

 Sé, por la manía de mi primo de rascarse la cabeza cuando algo es complicado que el amor, la amistad, la libertad y mucho más. También sé que cuando alguien te pregunta a qué juegas tu respuesta debe ser más simple que la respuesta correcta, porque bien podrías responder "A averiguar como se comporta una masa con agua en un recipiente cristalino con cuatro seres vivos llamados lombrices", pero eso es muy complicado, responder "Matar el tiempo ahogando lombrices", demasiado raro en alguien tan pequeño así que responder con un simple "A cocinitas" y todos sonríen, nunca fui demasiado normal pero lo parecía cuando decía lo correcto en el momento adecuado, siempre correcta siempre un minuto tras otro, calculado, clasificado, ordenado, detallado... La agenda demasiado pequeña, el calendario demasiado comprimido en días, yo necesitaba toda la pared para saber como colocar mis horas en las horas de los días, el mundo me seguía a mi, no yo al mundo y eso de ser hija única y rica iba de perlas con la realidad de vivir que mis padres me habían inculcado.
Sucia, cobarde y loca realidad. Así que también sabía eso.
Lo recuerdo todo con detalle, la manera de mirar de mis padres, rectos, respetuosos, formales, la honestidad y la paciencia con la que lo hacían todo y sobretodo la frialdad.
Cambié justo en ese año. Lo hice, y me alegro de haberlo hecho, hay cosas que debes hacer que no están escritas en agendas, cosas importantes que no sabes que lo son hasta que suceden, cosas como dejarse llevar, eso lo sé ahora, pero antes no, y me negué a mirar con atención las ondulaciones del río de enfrente de la casa de verano, me negué a apreciar las tardes y demasiado las mañanas, me negué a mirar a la luna a sus ojos de zafiro traslúcido, aunque los destellos azules y plateados seguían ahí.
Lo que más gracia me hace ahora es que siempre huí de lo complicado; del amor, de la amistad, de la magia, de la fe en los cuentos, de los libros que te abrían puertas que preferías dejar cerradas, el porque es simple a mamá no le gustaban las fantasías, solo la suya... Siempre huyendo, siempre extraña al mundo que me rodeaba.
Alex se acerca por la calle, tiene ese andar lento pero seguro, su brazo es largo y fuerte y sostiene la comida que hoy vamos a comer, se acerca al café esta mañana oscura, pero mañana.
-¡No sabes la de gente que había!
Suspira sonriendo.
-¿Que has comprado?
-Hmm, ensaladilla, pollo con patatas plastificadas, y helado de chocolate con virutas de chocolate real.
Pone los ojos en blanco y yo lo imito, la comida del Señor de la Comida, es mala pero comestible, está cerca de casa, y desde que venimos a vivir a la ciudad vamos allí, se podría llamar comodidad y rutina, pero a mi me gusta llamarlo "Tradición".
-Desde ayer te veo con esa libreta, ¿que escribes?
Lo miro a esos ojos castaños llenos de amor, un amor que todavía desconozco si es por mi o simplemente por el mundo.
-Escribir la historia de mi digno verano.
-¿Nuestro verano?
Pregunta levantando una ceja y mirando con los ojos brillando de recuerdos memoriales y pasadizos de secretos entre los helechos de los bosques de al lado del pueblo.
-Nuestro, sí. Justo ese.
-Jumm... Ha habido mejores.
-Pero para mí ninguno como ese.
-Está bien entonces, pero con cuidado, que no se olviden los pequeños detalles que lo hicieron especial.
Y por un momento vi al chico que había sido, no era el mejor ni el más perfecto, no era príncipe ni caballero. Pero me salvó, y eso también lo sé.

                                                    2 Hoja