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miércoles, 27 de noviembre de 2013

¡2 AÑOSS!

El blog ha cumplido dos años. Estoy orgullosa de él, ha crecido, yo he crecido. No quiero mirar atrás, no quiero desesperarme por algo que una vez sentí y escribí. Tampoco quiero lamentarlo.
Este blog ha sido víctima de mis múltiples personalidades, de mis bruscos cambios de humor que se traducen en un uso diferente del registro cada vez.
Ha ido buscando su personalidad... Junto a mí, supongo.
Me lío, ¿sabes? Pienso que debería cambiar el título del blog... Lágrimas a la deriva no parece describir lo que me ocurre ahora, salvo que,... Siempre serán lágrimas a la deriva lo que escriba, lágrimas que se perderán en la memoria del que las lea.
Supongamos que un día dejo de escribir, el día que las palabras de susurrarme cosas para no susurrarme nada, ese día digamos que no habrá lágrimas las cuales traducir y reescribir, dejar que fluyan.
Bien... Ese día, ese año, en ese momento pasará a llamarse Lágrimas desaparecida y habré acabado con todo, incluido mi sintaxis particular.
Porque, señores, señoras, el momento en que lo único que te hace libre desaparece, dejas de ser quien eres para pasar a ser algo totalmente distinto y nada parecido a un ser humano. Cuando se agoten las palabras, cómo se agotan los óvulos, pasaremos a la menopausia literaria. Y será malo, pero seguirán siendo lágrimas.
Creo que aqui escribo y punto, y es una prueba ferviente de mis cambios de opinión jajaj, de mis muchas opciones e ideas, es algo así cómo mi mente pero abierta al público, y no voy a decir que se alimente de comentarios por que estas lágrimas son anorexicas y vomitan, no comen, no tragan, no se reprimen, lo vomitan todo y respiran, pero les doy las gracias a quienes lo hacen, porque su opinión, su modo de ver la vida no alimenta el blog pero me alimenta a mi, y a mi si me gusta comer, y odio las restricciones, aunque yo misma me las cree.
En serio, hoy cumple dos años, y espero que dentro de diez siga escribiendo como lo hago; sin filtro, todo sale y no vuelve a entrar, por muy patético que sea.
Nunca pensé que hacer un 'click' en 'crear blog' pudiera llegar a significar más de lo que significó en su día, un día cualquiera.

feliz cumpleaños
                                                            

domingo, 17 de noviembre de 2013

Probablemente eso que se a roto sea yo, y ese sonido lastimero el disco de fondo que decidí poner cómo decoración dramática por el suceso acontecido.

*Elegid vuestra propia música para leer esto, si elegís el sonido rítmico y melodioso de vuestra propia voz en la mente, habréis encontrado el sonido perfecto y adecuado. Yo pongo las canciones que me han hecho escribir hoy para recordar después que la música tiene algo que hace que escribas, que te impulsa a hacerlo: Red Rabbits, Turn on Me, A Comet Appers, Story of my life, Simple song, Spanish Sahara, We bought a zoo y practicamente todo el álbum de The Shins, Wincing The Night Away.*

La verdad es relativa, reza mi libro de Filosofía.
Lo que aquí es cierto y tiene sentido, allí no lo es. La visión que termina en tus pupilas deja de ser visión en la de otro. Me hace pensar en que, sí somos lo que somos y estamos donde estamos porque alguien lo imaginó una vez, si yo no podría crear de la misma manera algo diferente.
Me siento atrapada, tan atrapada, del tipo que tu aliento se congela alrededor de los barrotes de hierro, encerrada en lo alto de una torre inexpugnable.
Y me siento atrapada y enfurecida por mi misma en un principio, daría lo que fuera por saltar del muelle al agua, y parece una idea tonta y peliculera, pero...Significa algo, ese salto al vacío, a la enormidad del océano, como si saltando yo me olvidara de que debajo solo hay vacío y de que solo soy un ser medio entre enormes criaturas marinas. Significaría dejarlo todo sobre el suelo, y desnudarme cómo la ecuación que soy, hasta dejarme simple y llanamente yo, y que no me importara que mis gafas se empañaran (dejaría atrás esa obsesión compulsiva con mis gafas y todo lo que las pueda dañar), realmente quiero hacerlo, hacerlo y sentir eso que hace tiempo que no siento, eso que un día describí como los días de verano, este se ha pasado y sin acto de presencia... A lo mejor es que con el tiempo esa emoción se pierde, quien sabe, puede que quizás yo me haya dado la vuelta demasiado despacio y no me haya dado tiempo a despedirme, puede que la mente me juegue malas pasadas intentando entender el porque todo pasa y yo aquí, porque tengo tantas ganas de tener miedo y de superarlo; quiero saltar en parapente, y sentir el terror de que puede que no baje nunca y me quede allí arriba, suspendida en el aire, cómo un pájaro sin alas, cómo una hoja en equilibrio entre el cielo el suelo y el árbol, quiero hacerlo, de la misma manera que quiero hacerme minúscula y transparente y meterme dentro de un cerebro humano y ver cómo algo tan simple y tan normal como una neurona, pueda almacenar tanta experiencia, recuerdos, y vida. Algo tan pequeño... Algo que va muriendo, lo bueno se muere pero resucita en otros ¿no?
Quiero creer. Eso también quiero hacerlo... Creer que después de esta vida tengo otras por vivir, y que he vivido otras tantas antes que esta, por la simple razón de que me gusta, me emociona, busco la sensación que quiero y la retengo, buscamos la sensación que queremos y la retenemos hasta que deja de ser sensación para ser la nada y el vacío expandiéndose... cómo el universo,... Cómo el tiempo del reloj de muñeca que ya echo de menos, quiero imaginarme en 1789 con una bandera de Francia en la mano, y quiero imaginar que no estuve de acuerdo con la muerte, y que fui yo Charlotte, y quizás revivir en otro tiempo, en otra década, a principios de los años veinte y esta vez con el poder de las letras, me imagino poderosa y con la pluma en la mano escribiendo el manuscrito que se convertiría en manuscrito de otros, que luego cambiaría el mundo.
Y ser fan de algo, sí, ser fan del tipo saltar y escaparme de casa solo por ir a ver un concierto suyo, y tener miles de posters de su cara en las paredes de mi habitación. Pero hay algo, y no sé que es, que me recoge los pulmones y el corazón, me lo aprieta con fuerza dejándome los brazos y piernas laxos, y me dice que de ninguna manera yo voy a hacer algo fuera de razón, que no me permite experimentar el terror de lo inesperado y nuevo, que prefiere matarme de hastío, este ser lampiño y de ojos blancos al que he acabado llamando Toffy, se parece a la parte de mi mente que me obliga a no ser yo, para ser alguien, y no se quien y a odiar a la gente que dice te quiero afirmando una emoción que cree eterna, la parte que no me permite creer, porque no sabe lo que es el alma, ni donde empieza lo bueno ni acaba lo malo, ni donde está el principio del corazón latente de vida y donde termina el capítulo de mi amanecer donde las desilusiones de mí misma y de mi alrededor explotan, cómo cajas de sorpresa sin gracia, ¿dónde empezará ese capítulo de la historia en el que alguien aparece y tira a Toffy por la ventana, que me diga: 'Si no te tiras tú, te tiro yo', y que luego me mire y me pregunte que es aquello a lo que le tengo miedo para ser mi pistolero de muñeca rápida y hacerlo desaparecer, que haga que crea que de lo que ellos hablan existe, que lo demás, todo lo malo que se puede cambiar y no sé como, es solo un obstáculo superable, y que las banderas y fronteras podrán desaparecer si yo me lo propongo, si consigo que todos dejen de pensar en etiquetas y lugares, y empiecen a reflexionar sobre un mundo globalizado y único?
Y ahí se encuentra mi odio y resentimiento hacía mí misma, el que hace que me convierta en algo roto, triste y empalagoso...: ¿Por qué pienso que mi solución se encuentra en alguien y no en mí? ¿Por qué no consiguo arreglarlo yo si lo he creado yo? ¿Por qué parece que el gran puzzle, al que le faltan piezas que dejan ese vacío, en el corazón, en el alma (sea lo que sea eso), y los mismos ojos que se empeñan de solo pensarlo? Si las cosas fueran más fáciles la vida no tendría aventura ni emoción, pero vamos... ¿No voy a dejar ahora que me gobierne un destino del que soy dueña, verdad?
Ahora ya es demasiado tarde para aprender a bailar, tuve al oportunidad y Toffy, por echarle la culpa a algo, hizo que la perdiera, una oportunidad que se pierde día tras día.

clavos, inconformista, paz, amor, mujeres, hippies, hermosas
Lo que para mí no significa nada, para tí lo significa todo.
Alguien ha llegado a creer que esto (hacer click) es cierto,
y eso significaría que yo lo soy (perfecta), 
como muchas de las que se identifican con esa frase, 
me atrevo a atreverme a afirmar que dirán lo mismo que yo:

'Vaya puta mentira más grande.'

-Las personas inseguras están rotas por dentro, y perdidas, 
más perdidas que la mayoría
(lo digo por experiencia),
-Las personas groseras normalmente tienen un problema de rabia y odio hacía sí mismas
que no permiten transmitir amor ni que se lo den,
-el vivir despeinada y sin maquillar
denota un caso grave de infravaloración, de desprecio 
y de asco, siempre hacía sí misma.

No sé si esto significará perfección 
que la teoría de que según a quién 
le preguntes o qué calcetín sea robado
tiene la verdad un sabor distinto, sea cierta.



miércoles, 13 de noviembre de 2013

Sleeping Lessons

Los momentos que deseas recordar no suelen coincidir con los que recuerdas, porque normalmente los pasos de cebras son un engaño, y de los gordos, lo blanco en nube y lo negro precipicio.
Nos solemos caer, caemos y caemos y nos confesamos: Confieso ser una inmadura, niñata, egoísta, hipócrita, y tozuda,... Confieso tener diecise... -No, todavía no-, quince años.
Porque el tiempo, ese que te arrebata momentos y te despierta cayendo por una de las rayas negras, -te olvidaste de vomitar lo esnifado, y de luego chillar, porque chillar alivia, y como somos seres simples que buscamos el placer, la felicidad y el bienestar, chillamos, es lo que viene después de haberte tropezado-,caído, revuelto con una de las sábanas que tendrías que haber echado a lavar pero te falto tiempo.
Sieeeemmmpre igual. Tiempo, falta tiempo.
¿Dos años? Te diré lo que ha pasado con los otros dieciseís, y esta vez sí, anteriores;  una vida que ha pasado en los pequeños pestañeos de páginas de papel, de dibujos, -hechos o por hacer-, de poemas, -que hice, que dejé de hacer-, de rencillas, -de las que vuelven, de las que te dejaron mal sabor de boca-, de nexos repetitivos, y de cosas por hacer, -sí, tío, las cosas por hacer se amontonan, pero yo no puedo pararlas-, de las quejas, -sí, me quejo mucho, parece encantarme hacerlo, parece encantarme odiarme después y odiarlo todo, dicen 'miedo' yo digo que te sobra una 'm' y te falta una 'o'-.
Lo miro, me gusta, y lo acepto, lo miro, me gusta, y lo olvido.
Casi siempre hay una máquina de escribir en algún sitio, yo recuerdo que una vez escribí a máquina, recuerdo que me gustó, que era apretar una letra -explicaré el difícil movimiento de apretar ESA tecla: apoyas el dedo en ese... ¿botón cosido a base de hilos transparentes que flotan y flotan y tú flipas y flipas y caes? Es lo que hay, luego presionas hacía abajo mordiéndote media lengua, la otra media está fuera, con el entrecejo fruncido, no hay que olvidar que era una niña, pequeña, débil y curiosa, y la curiosidad no mató a ese gato, pero mató a otros, finalmente el golpe, el clink, el chung, y la tinta ha manchado el papel- y una barra de acero manchada de tinta golpeaba el papel, -y el papel no se quejaba, era tan... mártir. Esperando siempre un golpe, por lo que podría haber hecho, no hizo y se quedó-.
Y ese golpe, esa espera, ese mártir, es una metáfora, de una vida, de alguna vida en la que tomas decisiones del tipo sí o no, alguna vida en la que la música para tí signifique más que para mí, una vida diferente a esta, una mejor y peor en otras cosas, esa vida desconocida... No tendría miedo de escribir, de escribir ni de decir te quiero, ni de abrazar... 
Sabes que desesperas esperando y no te levantas, y algo te hace hacerlo, y en ese momento piensas, crees, te has levantado del sofá y te has puesto a correr alrededor de la mesa dictando cosas, un montón de ellas, tantas que el perro se ha tapado las orejas y solo te mira para ver tus gestos en un reflejo de otros que ha visto.
Normalmente ahora vendría mi famoso "Y" y después el protagonista de esta entrada "caer", pero no lo haré, porque no quiero, y justamente por eso mi niego a ponerlo. No me conformo con un "Y luego cae", prefiero cambiarlo por algo cómo: ...
Hay un hongo que come cabezas desde dentro, que se pega a ti con olor a vainilla, a la gente le suele gustar ese olor, PUES A MI NO, (por eso mi colonia es de melón), y por eso a mi desde dentro me come la libélula que todavía no a vuelto de su último viaje ni de su última carta de amor al amor, a ese ser inerte e inexistente, claro.
Me gustaría creer en vidas que no acaban en muerte, ni en patíbulos, ni en jaulas, ni en frases melancólicas y decadentes, a mi solo me gustaría caer, porque es lo que hay, pero de la mejor manera. Quizás lejos de aquí, o muy cerca, esté, ese filo de almohada cortante y equitativo a la hora del tiempo que reparte lo que se tarda en caer, así habrá tiempo para conocernos en esta bajada exabrupta, tiempo para recordar porque no nos conocimos cuando aún había camino que recorrer, nubes que agarrar y acantilados que saltar.

Nostalgia, gif
 La inspiración se ha ido, se ha esfumado y ha dejado en su lugar un cuerpo carente de ella, a mediados de noviembre, que vergüenza .. pero ¿volverá a casa por Navidad? He ahí la cuestión, he ahí la probabilidad de empezar, quizás, un nuevo año repleta de ella,
vuelve querida, vuelve...
(y no suena a súplica)