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domingo, 30 de marzo de 2014

Fui a dar un paseo a Italia para aclarar ideas, cuando volví nada había cambiado y eso me decepcionó... Solo un poco.

No siento nada.
Cómo la narradora de Nymphomaniac Tom.1, que para darle un final dramático y consistente a la primera parte de su historia gritó, cómo grita un desesperado para hacerse oír y si alguien escucha que le quite lo que le duele o en este caso lo que no le duele: ¡N o  s i e n t o  n a d a!
Cómo me considero creyente, de la magia, de las letras y de la humanidad, siempre espero que suceda lo que yo imagino que podría suceder, las hipótesis se suceden en mi cabeza para no dar cabida a la defraudante realidad, nunca pasa nada de lo que quiero que pase porque tu destino no lo controlas tú, sino una serie de personas que toman pequeñas pero decisivas decisiones que hacen de ti otro ser más entre un mundo lleno de ellos. Soy única y quiero serlo. Soy yo. Y quiero seguir siéndolo aunque se empeñen en degradarme como a los otros.
(No compré ninguna sudadera de Universitá Roma, Firenze, o Venezia, por la simple razón de que no he estuvimos en la universidad, ni la vimos, ni la tocamos, y de que no pertenezco a esa universidad ni a ninguna ya que estamos, si hubiese alguna sudadera con el nombre de I.E.S. Luis Cobiella Cuevas, pues a lo mejor la compraría, pero cómo no... Pues no se compra y San Seacabó.)
Esperas la decepción, siempre, no te la imaginas porque el ser humano no está programado para imaginar tragedias sin soluciones, no te lo permite tu mente discreta e ingeniosa, no te permite hundirte, y seguir caminando entre mares de gente de lugares extraños y para ti impronunciables. Echaba de menos escribir, sabía que Roma me inspiraría, es una ciudad que inspira, terror, entre otras cosas. Dijo un hombre que sabe: Roma es una ciudad cruel. Pero yo no creo que sea cruel, creo que es realista; porque al igual que hay gente que compra un bolso de 13.000 E., también está la gente que ya vendió su alma y su orgullo...
También creo que eso de querer 'sentir algo' también lo quiere todo el mundo, solo que el resto intenta sentirlo y yo solo espero, porque esperar es fácil y simple y te aísla y te sientes bien y al mismo tiempo mal pero bueno, esperar al fin y al cabo no es tan malo como equivocarse y arrepentirse, ¿no? Dime que sí.
No quise volver, no quería ni aceptarlo, simplemente trataría el tema de volver como algo que tenía que pasar. Porque yo soy así, porque no me implico en la vida y solo reflexiono a cerca de como implicarme más, o si ya estoy implicada y dejarse llevar es tan fácil como dicen, no es fácil, y me gusta pensar. Aunque uno de mis deseos a la Fontana di Trevi fue dejar de hacerlo, es necesario, no puedes pensar tanto y que no suceda nada. (Porque nunca pasa nada)
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También me encanta esto: "Qué bien"
Querer sentirse vivo es como una de las cosas a las que añadirías a la lista que lee mi madre cada vez que quiero algo y ella responde con la cosas que también quiere y no puede conseguir: Sentir algo. Es lo malo de esta época, de este siglo y de esta vida, te sientes muerto, y buscar en los pequeños recodos de tu gran mundo algo que verdaderamente merezca la pena es duro, es duro y no merece la pena, ¿o sí? Aunque si realmente mereciera la pena, no lo buscarías, sino que pasaría, así, sin más. Magia.
Llévame lejos y déjame allí. Lo primero que se cae es la cordura y la fe, así que déjame en algún lugar de cualquier parte, menos de Francia, y huye. Yo me quedaré a ver los siguientes amaneceres mientras espero, espero, hasta el momento en que alguien tome por mí una pequeña decisión aparentemente insignificante y vuele por esa colina de sensaciones metafísicas.
- Van a cerrar el cine.
Se aposentó un silencio extraño en el restaurante, y yo me lo tomé como una pequeña muerte, el único cine de toda la isla iba a cerrar. Cómo es que nada dura eternamente y luego se convierte en recuerdos apagados, por falta de luz en sus sepulcros sin desenterrar.

Me encantó el helado, el helado y Roma, el helado Siciliano y Pisa y Siena, y me encantó el chocolate con nata y con sirope con nata que preparaban en una cafetería fuera del hotel, porque la comida del hotel es malísima, me encantó que me dijeran una de los misterios de la ciencia (como se transporta la savia por todo el árbol), me encantó que me mostraran un nuevo enfoque a la hora de vislumbrar la razón de nuestra personalidad incompleta: Los niños se forman a través de lo que les van y de lo que no les dan. Yo fui la niña aislada porque su mundo era perfecto y mejor, y nadie tenía pases VIP para poder entrar. Nadie. Me gustó que la pizzaría fuera tan normal, como ver estatuas de dioses en cada plaza, me encantó que hubiese españoles por todos sitios y que por lo tanto daba la sensación de no haber salido de España.
Me encantó descubrir que Uscita es salida, y perderme en el coliseo, y no encontrarla aun viéndola escrita en todas partes.

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